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Posición decúbito supino

Cuidado a domicilio

Posición decúbito supino: Qué es y cómo aplicarla en el cuidado a domicilio

Imagen de Oriol López
Oriol López

Project Manager

21/12/2024

Tabla de contenidos

La posición decúbito supino (también llamada decúbito dorsal, posición supina o “boca arriba”) es una postura básica en el cuidado a domicilio que usamos a diario para higiene, confort, curas y valoración. Si te preguntas “posición decúbito supino: para qué se utiliza”, la respuesta corta es: para facilitar tareas cotidianas de cuidado sin perder seguridad ni dignidad. Y la respuesta larga te la cuento paso a paso, con los trucos que mejor nos funcionan en GEVO.

En mi experiencia, antes de mover a una persona mayor siempre explico lo que voy a hacer y busco su consentimiento – aunque tenga demencia avanzada, mirar a los ojos y hablar suave cambia por completo la experiencia.

Qué es la posición decúbito supino (y en qué se diferencia de otras)

La posición decúbito supino es cuando la persona está tumbada boca arriba, con la espalda apoyada y la cara mirando al techo. Es la postura opuesta a decúbito prono (boca abajo) y distinta a decúbito lateral (de lado). También es diferente a Fowler o semi-Fowler, que son variantes de “boca arriba” con cabeza y tronco elevados.

Sinónimos útiles (para que no te líes): posición decúbito supino, postura decúbito supino, decúbito dorsal, posición supina.

Objetivo: una alineación neutra cabeza-hombros-cadera que minimice presiones en occipucio, escápulas, sacro y talones, y que permita respirar y deglutir con comodidad.

Cuándo preferir una variante: si hay reflujo o cierta dificultad respiratoria, solemos pasar a semi-Fowler (cabecera algo elevada) siempre que un profesional lo haya recomendado.

Cuando noto que una persona tiende a mirar hacia un lado, coloco un pequeño rollo (toalla) bajo el cuello y otro a un lado de la cabeza; corrige la alineación sin molestar.

Para qué se utiliza en el hogar: higiene, confort y cuidados

Si tu día a día incluye ayudar a un familiar dependiente, la posición supina te permite:

Higiene en cama: limpieza de cara, tronco y extremidades, cambios de pañal y de sábanas con técnica de “puente” sin giros bruscos.

Curas y revisión de piel: inspeccionar prominencias óseas (occipucio, escápulas, sacro, talones), aplicar cremas barrera y valorar enrojecimientos iniciales.

Movilización pasiva y ejercicio suave: flexo-extensión de rodillas o tobillos, respiraciones profundas guiadas, siempre que haya pauta profesional.

Pruebas o toma de constantes: control de temperatura, saturación, pulso, o preparación para técnicas domiciliarias.

Descanso y confort: si colocas bien las almohadas y alternas cambios posturales según lo indicado por el profesional, reduces molestias y previenes úlceras por presión.

Cuando tengo que realizar higiene completa, organizo todo antes (toallas, jabón, pañal, guantes). Eso me permite trabajar con calma y mantener a la persona tapada casi todo el tiempo, cuidando su privacidad.

Materiales y preparación del espacio (checklist rápido)

Antes de colocar en decúbito supino, prepara el entorno. Diez cosas que marcan la diferencia:

Higiene de manos y guantes si habrá contacto con fluidos.

2–3 almohadas o cojines (firmeza media), y si tienes, cojines antiescaras.

Toallas pequeñas para hacer “rollos” de apoyo.

Sábana deslizante o entremetida (si está disponible) para mover con menos esfuerzo.

Cremas barrera / hidratante para sacro y talones cuando esté indicado.

Barandillas y freno de la cama si es articulada.

Iluminación suave y habitación templada (nadie se relaja con frío).

Espacio despejado a ambos lados de la cama.

Comunicación: explica el plan (“voy a ayudarte a colocarte boca arriba; si algo molesta, me lo dices”).

Pauta profesional a mano si existe (frecuencia de cambios posturales, elevación de cabecera, restricciones).

Puntos de apoyo del cuerpo y dónde colocar las almohadas

Zona Qué revisar Apoyo recomendado
Cabeza y cuello Alineación, mirada al centro Almohada baja o toalla enrollada bajo el cuello (no bajo occipucio en exceso)
Hombros y escápulas Descarga de omóplatos Toallas finas bajo escápulas si hay hipersensibilidad
Zona lumbar Curvatura neutra Almohadita fina bajo lumbares si la cama es muy dura
Rodillas Tensión en isquios Almohada bajo rodillas para descargar sacro
Talones Piel y presión Elevar talones (almohada bajo pantorrillas) sin comprimir el tendón de Aquiles
Brazos y manos Postura abierta Apoyos laterales suaves si hay espasticidad o dolor

Paso a paso: cómo colocar en decúbito supino con seguridad

Evalúa y comunica: “Soy [tu nombre], voy a ayudarte a colocarte boca arriba. Si algo duele, me lo dices.”

Higiene de manos y prepara todos los materiales a la vista.

Altura de la cama a la ergonomía de quien cuida (tus caderas). Frena ruedas.

Alinea cabeza y tronco: centra la mirada; corrige con toalla bajo el cuello si cae hacia un lado.

Hombros y pelvis: con agarres amplios, desliza suavemente para centrar. Usa sábana entremetida si tienes.

Piernas: flexiona ligeramente rodillas y coloca almohada bajo pantorrillas, dejando los talones en el aire si hay riesgo de úlceras.

Brazos: en ligera abducción (separados del tronco), con manos relajadas; cojincitos si hay edema o dolor.

Chequeo final: ¿respira cómodo?, ¿hay zonas enrojecidas?, ¿la ropa no hace pliegues?, ¿la cabecera está en el ángulo indicado por su profesional?

Confort y dignidad: cubre con la sábana/manta, ajusta la luz y deja el timbre o teléfono al alcance.

Colocación en bloque con dos personas

La colocación en bloque evita torsiones de cuello y espalda. Funciona así:

Coordinación verbal: “A la de tres, deslizamos hacia arriba 10 cm”.

Posiciones: una persona sujeta cabeza y hombros, la otra pelvis y piernas.

Movimiento: no tiréis de brazos o ropa; deslizad con la sábana entremetida.

Revisión: tras mover, comprobad alineación, almohadas y respiración.

Variante con cabeza/torso elevado (semi-Fowler)

Útil cuando se busca mejorar confort respiratorio, facilitar alimentación o hay pautas por reflujo. Elevamos cabecera unos 30–45° y, si hace falta, ligera flexión de rodillas con almohada.

Ojo: no es para todos; si hay hipotensión, mareo o indicación contraria, consulta con el profesional.

Errores frecuentes y cómo evitarlos

Almohadas demasiado altas bajo la cabeza → cuello en flexión, molestias cervicales. Mejor bajo el cuello y controlar la mirada al centro.

Talones apoyados directamente horas → riesgo de úlceras. Eleva pantorrillas y deja talones al aire si está indicado.

Tirar de los brazos para subir a la persona → riesgo de lesión. Usa sábana deslizante y trabajo coordinado.

Ropa arrugada o empapadores mal colocados → rozaduras y calor. Estira bien la base antes de finalizar.

No comprobar dolor o mareo tras el cambio → siempre pregunta y observa la respiración.

Hiperextender rodillas sin apoyo → tensión lumbar. Coloca almohada bajo rodillas.

Precauciones y contraindicaciones habituales (cuándo consultar)

Aunque la posición decúbito supino es segura en la mayoría de casos, conviene consultar con un profesional sanitario si existe:

Dolor torácico, disnea, mareo o bajada de tensión al colocarse boca arriba.

Reflujo gastroesofágico marcado: quizá necesite semi-Fowler y pautas específicas.

Problemas respiratorios (EPOC, neumonía en curso), post-operatorios concretos o embarazo avanzado: requieren indicaciones personalizadas.

Úlceras por presión activas en sacro o talones: la postura y los apoyos deben adaptarse caso a caso.

Contracturas o espasticidad severa: los cojines y la fisioterapia marcan la diferencia.

En GEVO, si algo “no cuadra” (quejido, sudor frío, respiración rara), paramos y contactamos con la familia y/o el profesional de referencia antes de seguir.

Consejos GEVO para un cuidado cercano y sin sobresaltos

Habla y nombra cada paso: “Ahora ajusto la almohada del cuello, dime si así estás mejor”.

Respira con la persona: dos respiraciones lentas bajan la tensión y facilitan el cambio.

Usa el humor con respeto: una sonrisa rompe el hielo sin infantilizar.

Pequeños rituales: peinar, hidratar manos, poner música suave; convierten una técnica en un momento de cuidado.

Checklist visible: nos gusta dejar un imán en la nevera con los puntos clave (apoyos, señales de alarma, teléfono a mano).

Conclusión

La posición decúbito supino (o decúbito dorsal, posición supina) es la base de gran parte del cuidado a domicilio. Con buena preparación, apoyos correctos y una comunicación cálida, se convierte en un procedimiento seguro y digno que alivia al mayor y hace tu trabajo más fácil. Si necesitas ayuda para implantar rutinas de cambios posturales o revisar el entorno de la casa, en GEVO estamos para acompañarte.

FAQs rápidas sobre la posición supina en casa

¿Posición decúbito supino: para qué se utiliza exactamente?

Para higiene en cama, confort, curas, valoración de la piel y movilizaciones suaves, siempre siguiendo la pauta sanitaria.

Depende del riesgo de úlceras por presión y de la indicación profesional. Como regla general, se alternan posturas a lo largo del día según tolerancia y plan de cuidados.

Mejor bajo el cuello para respetar la curva natural. Evita flexionar demasiado la cabeza.

Eleva pantorrillas y deja talones en el aire con una almohada firme. Revisa la piel a diario.

Si hay reflujo o cierta disnea, semi-Fowler (cabeza/torso elevados) puede ser más cómodo, siempre con indicación profesional.

Para, vuelve a la posición previa y valora. No fuerces. Si persiste, consulta.

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